Arjen Duinker |
Viva el camuflaje!
Lo no-interesante es concreto como un perro,
Majestuoso como un raya, único como una rana,
Lo no-interesante es sentimental como una pulga,
Generoso como un babuino, suave como un cuervo.
Olvidémonos ya del mundo animal...
Lo no-interesante es conmovedor como una bolsa,
Abstracto como una galleta, limpio como unas gafas.
Lo no-interesante es chismoso como un perchero,
Libre como una gamuza, brillante como una mesa.
Olvidémonos ya del mundo de las cosas, y rápido...
Lo no-interesante es jefe de almacén,
Plombero, demagogo, agrimensor,
Psiquiatra, auxiliar de laboratorio, basurero,
Bufón, cordelero, empirista.
Olvidémonos inmediatamente del mundo de las
funciones también!
Viva el camuflaje!
Al comenzar el día
Preguntó
la mujer entre sueños:
‘¿Cuántos
espacios tiene nuestro mundo, crees tú?’
‘Ocho,’
dijo el hombre contento con la pregunta.
Y
la mujer preguntó entre sueños:
‘Y
dime, ¿cuántos deseos tienes?’
‘Uno
nomás,’ contestó el hombre.
Y
la mujer preguntó entre sueños:
‘¿Y
cuántas islas deshabitadas te gustaría visitar?’
‘Ninguna,’
contestó el hombre que empezaba a acariciarle los hombros.
Y
la mujer preguntó entre sueños:
‘¿Cuántas
personas hablan como tú?’
‘Seis,’
contestó el hombre.
Y
la mujer preguntó entre sueños:
‘¿Con
cuántas bocas te besaré?’
‘Con
ocho sería lo más rico,’ contestó el hombre.
El largo viaje y el lúcido
La ventaja de un barco crucero:
Llenan la piscina con las teatrales lágrimas de la paradoja.
La importancia del catamarán:
Imposible gritar nombres que son absolutamente no ciertos.
La ventaja del dragaminas:
Brincan sobre el parqué de los tímidos aceites de la tesis.
La importancia del submarino:
Es posible susurrar nombres que no son todos inesperados.
La ventaja del pesquero:
Recogen fresas revolucionarias de las redes del razonamiento
Mesa
Todo es dos veces más grande.
El dolor dos veces el silencio.
El orgullo dos veces el dolor.
La fachada lateral dos veces el grosor de la piel.
Las manos son el doble de la lengua.
La camisa es el doble de la mesa.
El motor es dos veces la camisa.
El ruido es dos veces el gesto.
Arjen Duinker (Holanda, 1956) Estudió psicología y
filosofía. Ha publicado una novela y ocho volúmenes de poesía en los Países
Bajos. Uno de sus poemas fue traducido a 220 idiomas diferentes para un
proyecto titulado “World Poem” (Poema Mundial). Actualmente, en conjunto con el
artesano del vidrio Bernard Heesen y la diseñadora gráfica Désirée Achterkamp,
trabaja en la elaboración del diccionario enciclopédico “The World of The
Glassblower” (El Mundo del Soplador de Vidrio). Igualmente, tiene unos
proyectos de colaboración con el poeta chino Yang Lian. Cuando se publicó “Rode
Oever”, su primer volumen de poesía, fue inmediatamente evidente que había
surgido un poeta que no había sido cortado, o no quería serlo con el molde de
otros poetas holandeses. El volumen incluyó algunos poemas que parecían ser
poco más que descripciones unidimensionales de la realidad. Algo que Duinker
hizo con tal equilibrio que la pregunta inevitable del postmodernismo se hacía
completamente superflua. ¿Qué realidad? Sólo la realidad.
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